Apretones, hora punta, desconocidos, esperas interminables, asientos minúsculos, traseros a la altura de la cara, calores de sauna perpetua... Todos estos ingredientes hacen que el Metro de cualquier ciudad sea la reserva natural inevitable de románticos que juegan a la ruleta rusa del amor, pero también de pervertidos que, si fueran el lobo de la caperucita roja, acabarían también tirándose a la abuelita.
Una vez que se desciende al Inframundo del Metro ya no hay marcha atrás, todo vale, no hay normas. Unas veces tú serás la víctima y otras el verdugo. Unas veces pedirás su whatsapp y otras te querrán agregar al Facebook. Tipos feos, chicas guapas, pesados, majas, cachas, enanas, con alitosis, sin desodorante, viejos, jóvenes, sin bragas, sin dientes... y viceversa. Todo entra en esta fauna con sólo tener abono o metrobús.
Esto no me lo invento yo, en el metro de Londres hicieron un experimento poniendo una cámara oculta en el abultado paquetón de un tipo que se hacía el dormido. Este fue el resultado (atención con la española del final):
Esto no me lo invento yo, en el metro de Londres hicieron un experimento poniendo una cámara oculta en el abultado paquetón de un tipo que se hacía el dormido. Este fue el resultado (atención con la española del final):
Si aun así te haces ilusiones con encontrar tu media naranja, ten por seguro que en tu trayecto tienes las mismas posibilidades como de encontrarla con cinco copas puestas en un after de regetón.
Veamos, lo primero reconoce que tus ojos tienen vida propia aunque a veces OOOK es imposible no mirar...
...hay veces que con una sola mirada intuyes lo que te quieren decir...
... otras, que a lo mejor no es el mejor momento...
...Recuerda que se trata de ligar, no acosar...
... sobre todo, si lo intentas y crees haber encontrado el pibón de tu vida, no te equivoques y vuelve a mirar....
... especialmente si tu presa tiene dueño y no quieres acabar tu trayecto en un hospital...
...también, cuenta con que te hagan la Cobra en un 90% de los intentos...
...Ante todo no pierdas la calma si no te da su teléfono...
... Y, si finalmente ligas y consigues conocer al amor de tu vida entre estación y estación, felicidades, has usado el metrobús más rentable de tu vida. Ahora, ¡celébralo y dale lo que se merece!